Albert Guiu Bagés
Flix ( Tarragona)
Para Miguel Hernández ( 1910- 1942)
Con mayúscula admiración.
Centenario de un poeta
En tu infancia entre balidos,
bebiste con la mirada de niño,
sorbos de inmensa naturaleza
y te gustó su sabor infinito,
por eso, quizá, fuiste poeta.
Hasta tu sensibilidad viajé
la palabra hecha misterio,
leíste los infinitos del verso
y de libros se hizo tu mundo,
de talento se hizo tu nombre.
Por tus sentimientos, cruzó Josefina,
y se hizo amor tu corazón de palabras.
Por tu dolor cruzó la guerra,
aumentando el trágico ruido
que las ausencias te provocaban,
con la muerte rondando
las trincheras que herían tu tinta
y que desolaban los paisajes.
En tu muerte, había ya otras muertes,
el amigo de tu bellísima elegía, Ramón,
tu primogénito, bebé difunto,
dormido sin posible amanecer
en las noches de tu corazón de padre,
mientras recogías con lo ojos
penumbras de nubes i cárceles,
que avisaban que el siguiente
ibas a ser tu, Miguel.
Y todo se interrumpió,
siendo todo en ti, muerte,
y todo se hizo inmortal
siendo todo en ti, vida.
Y la interrupción definitiva
se hizo voz del pueblo,
sensibilidad humana,
imposibilidad de olvido.
Sobre las grupas imperecederas
de los paisajes de la lírica,
bellamente trota con fantástica fuerza
la obre de Migues Hernández
que este año cumpliría los cien.
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