dilluns, 24 de febrer del 2014

LA BELLEZA DEL PLACER FEMENINO


Con este título acababa el artículo que he leído en un importante periódico de la opinión escrita por una mujer, en una columna, que es casi lo mismo, con la diferencia que esta se escribe con el compromiso de hacerlo cada da, siempre en forma de columna, como la palabra indica, escrito con la forma magistral que le caracteriza a  esta gran periodista, fue política, contertuliana en medios de comunicación, intelectualmente muy preparada. Lo mismo opina de la política profunda, de la filosofía más complicada, de temas científicos o de la alimentación adecuada para el buen crecimiento de sus hijos, que además de los naturales, también tiene adoptados, cosa que la hace meritoria de una gran cualidad humana, con la fuerza que impera en el alma de una mujer. También criticada, por un cierto colectivo de la sociedad, sus títulos universitarios no la salvan de estar en el punto de mira negativo, que lo está toda mujer,  aunque muchos digan lo contrario, es todavía realidad.  En su escrito recordaba el día de la mutilación femenina, es que tiene que haber un día para todo, y de este escarnio, no podía faltar. Siempre nos están martilleando, muy acertadamente, y así tiene que ser, cada vez hay más cosas que reivindicar, que de celebrar, por desgracia. No es que quiera poner el dedo en la llaga, mi primer impulso fue ponerme a reafirmar, y opinar del tema que toca el artículo inmediatamente, me controlé, cosa que estoy aprendiendo. Han pasado muy pocos días, mi reconcome interior, y la vueltas que le doy a la sesera, mis entendederas no pueden seguir en silencio, y aquí estoy rechazando, reivindicando esta cruel aberración sin límites que están cometiendo con la mujer, con niñas de meses, que es la ablación.  Forma parte de otras culturas, de las cuales nos vanagloriamos de las grades riquezas de intercambiar culturas, tradiciones, costumbres y ahora se nos pone de cara esta barbarie,  que no tiene nada de riqueza ni de interesante, más bien, no, rotundamente, vergonzoso.  Cortar los genitales de las niñas con cuchillas aprovechables,  hay tres niveles de mutilación, que no voy a enumerar ni contar.  Además no pude acabar de leer, pues hería terriblemente mi  sensibilidad y a toda la globalidad humana. Una causa con consecuencia nefasta de sufrimiento y de muerte, por sangrado e infecciones. Lo que si que voy a decir, sintetizar, que la mutilación puede ser tal, que si sobreviven, en sus parte intima les queda un agujerito para hacer pipí i menstruar, con relaciones sexuales dolorosas,  en su edad adulta y si tienen hijos, desgarros y muerte en gran parte de la mujeres.  Basándose en unas leyes políticas y religiosas, tradicionales y les llega a un punto de conciencia y de convencimiento, que si no les practican la ablación, creen que  no son normales. Los hombres de su familia, deciden después, además de con quién, que ya pueden casarse, pues ya están purificadas.  Semejante atrocidad.  Y me pregunto, a nadie se le ocurrido erradicar eta ley? No me apetece mucho buscar el origen de cuando y quien se le ocurrió implantar semejante ley.  No soy muy erudita en tratar los temas, si no es necesario, las cosas claras, resumidas y sintetizadas.  Fueros hombres, sin lugar a dudas y siguen mandando son los que quieren que siga esta ley, inmersos en la más absoluta maldad,  sin un ápice de empatía ni humanidad.  Sumidos en su miseria de alma y sus defectos o enfermedad, el más extremo machismo y la misoginia,  no por eso tienen excusa.  Su finalidad más nauseabunda es que las mujeres no sientan el amor, ni tengan placer  sexual, ambas sensaciones y emociones van unidas, puede haber alguna excepción, pero solo con esta unión se puede llegar a la plenitud, de la felicidad, en hombre y mujeres. Unos pocos o muchos hundidos en su locura, su egoísmo,  se creen el derecho de disfrutar del placer, dejando a la mujer excluida.
Salvando muchas distancias, en alguna generación anterior, incluso menos, estaba mal visto que la mujer disfrutara de sus relaciones de amor, como un tabú, y que algunos hombres eran más receptivos a relacionarse,  cuando la mujer sufría algún contratiempo de salud, físico, moral o afectivo.
 Y como acababa y como acababa la columna,  y yo añado, que el mundo, la humanidad sepa y entienda la belleza del placer femenino.

Glòria FANDOS